lunes, 8 de junio de 2009

Expo 92

La Exposición Universal de Sevilla 1992 se celebró en la capital de Andalucía (España) en el año 1992, y fue conocida popularmente como "Expo 92" o "la Expo".

Como toda Exposición Universal estuvo coordinada por el Bureau International des Expositions (en español Oficina Internacional de Exposiciones, en adelante O.I.E.). Tuvo una duración de seis meses, comenzó el 20 de abril (Lunes de Resurrección) y finalizó el 12 de octubre coincidiendo la fecha con el V Centenario del Descubrimiento de América, debido a este hecho su lema fue "La Era de los Descubrimientos".

La mascota oficial de la Expo 92 se llamó Curro, un simpático pájaro de pico y cresta multicolor.
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Al termino de la Exposición Universal las infraestructuras se han aprovechado para reconvertirlos en un parque tecnológico llamado Cartuja 93 y un parque temático llamado Isla Mágica.

Arquitectura Expo 92

El Plan Director del Paisajismo de la Exposición Universal de Sevilla fue encargado al equipo formado por Jorge Subirana y Silvia Decorde, que realizaron el encaje de los espacios públicos verdes de las avenidas, los accesos y parques intramuros y perimetrales de la Exposición.

Su intervención sentó las bases para una exposición, enclavada sobre una isla de aluvión, donde la vegetación corría a la par que la arquitectura incorporándose a los espacios verdes el "Proyecto Pérgolas" y el "Proyecto de Bioclimatismo" que sentó las bases en España para el desarrollo de un urbanismo medioambientalmente sostenible.

En el diseño del paisaje tuvieron especial importancia varios elementos para el desarrollo en dos años de una ciudad arbolada. Por un lado la incorporación de un equipo de paisajistas para el desarrollo del plan director del recinto. Por otro la incorporación al equipo de diseño de la organización de un arquitecto paisajista que velara por el desarrollo y la unidad de los proyectos arquitectónicos a partir de los ejemplares arbóreos. Junto a ello la decisión de incorporar un vivero de aclimatación y una central de compras propia que garantizaba la existencia de ejemplares arbóreos de gran tamaño repicados y disponibles en cualquier momento, así como la aclimatación y el cultivo de las especies donadas por los países iberoamericanos dentro de la "Operación Raíces" y la segregación de las obras de paisajismo de las obras de construcción, pionera en España, permitió garantizar la ejecución de los proyectos de paisaje en su integridad sin los vaivenes económicos propios de este tipo de obras.

La ejecución en un periodo récord de dos años con la incorporación de casi 25.000 ejemplares arbóreos, la introducción de nuevas especies botánicas en Europa a finales del S.XX, la formación de un anillo verde y el diseño de los espacios públicos arbolados, convirtieron este proyecto en referente para las futuras exposiciones y su influencia en el desarrollo de las nuevas ciudades y urbanizaciones aún perdura a pesar del deterioro y la desaparición de muchos de los espacios proyectados.

Los nombres propios de quienes hicieron posible este proyecto en el campo de la Arquitectura del Paisaje y la jardinería son aparte de los mencionados Jorge Subirana y Silvia Decorde: Margarita Arencibia (1990) y Ricardo Librero (1990 a 1992) como paisajistas del Equipo de Diseño de Expo´92. Alberto García Camarasa como Director del "Programa de Forestación y Jardinería", teniendo a su cargo como directores de proyectos para la dirección de las obras de jardinería y paisaje a a Juan Antonio Cabrera (1989-90), Ricardo Librero (1990-1992) y Mónica Magíster (1991-1992), para la dirección de las obras de infraestructura de riego y fertirrigación a Jesús de Vicente y la dirección del Vivero Expo´92 a Esperanza Sánchez. Junto a ellos el equipo de la Universidad de Sevilla dirigidos por el Catedrático Benito Valdés que coordinó la Operación Raíces, cuyo asesoramiento permitió la ejecución del Jardín de las Américas, a cuyo frente se incorporó durante la etapa expositiva como director del jardín, Mariano Martín, siendo el único recinto verde que contaba con un director dada la importancia de su contenido, equiparándose su estructura a la de los pabellones expositivos.

Entre los proyectos de paisajismo desarrollados para la Exposición Universal, muchos de los cuales aún pueden contemplarse, destacaron: Parque Jardín del Guadalquivir (J. Subirana y S. Decorde), Jardines de la Cartuja y Oficinas Caracolas (Subirana y Decorde), Muro de Defensa y Bosque en Galería (Subirana y Decorde), Jardín de las Américas (R. Librero), Avenida 5 (R. Librero), World Trade Center (R. Librero, A. García Camarasa), Avenidas 2 (M. Arencibia), Avenidas 1 y 4 y Camino de los Descubrimientos (M.Arencibia, R. Librero), Avenida de los Descubrimientos (Juan de Aizpuru), Borde del Lago (R. Librero), Aparcamientos de Autobuses (M. Arencibia), Aparcamientos de Turismos (R. Librero), Pabellones de la Organizadora (R. Librero), Pabellón del S.XV (Leandro Silva, R. Librero), Proyecto Pérgolas (A. García Camarasa), Cubiertas ajardinadas modulares y Avenida V (R. Librero), Proyectos de Infraestructura de Riego y Fertirrigación (J. de Vicente).

A lo largo de la exposición la vegetación del recinto mereció los mayores elogios por parte de los visitantes, convirtiéndose algunos proyectos como las pérgolas o el diseño de las avenidas y el invernadero americano como referencias comparables a los grandes puentes y edificaciones singulares con las que contó la exposición. Los espacios verdes a partir de este evento dejaron de ser consortes en nuestro país para ser protagonistas en pie de igualdad con la arquitectura y el urbanismo.